Cómo aprovechar Llafranc a bordo de un barco de alquiler
Llafranc es un maremoto de sensaciones con el puerto, la bahía y el Cabo de San Sebastián como principales enclaves turísticos. Su playa es muy conocida por la calidad de sus servicios y su arena fina y dorada: es una de las más bonitas de Gerona. El paseo marítimo siempre está muy concurrido, al igual que el puerto náutico, de ahí que resulte más cómodo conocer Llafranc a bordo de una embarcación. Si tu intención es acceder al alquiler de un barco en Llafranc, no hay duda de que aprovecharás todo su potencial haciendo ruta por sus rincones más prestigiosos.
Llafranc es todo un referente turístico y gastronómico de la Costa Brava, y son muchos los turistas que lo visitan cada año. Se trata de una localidad pintoresca que conserva sus tradiciones, siendo perfecta para contar con unas vacaciones tranquilas y familiares, disfrutando del mar y de sus múltiples atractivos. Apostar por el alquiler de un barco en Llafranc es una manera de improvisar y visitar sus alrededores de una manera diferente y especial. ¿Lo quieres comprobar?
En busca de la ruta perfecta de navegación por Llafranc y alrededores
La zona destaca por sus playas y calas de agua cristalina que podrás visitar sin problemas mediante el alquiler de una embarcación por hora o por día a un precio económico. De esa forma, accederás fácilmente a la playa de Llafranc o a la bahía de Aiguablava para practicar algún deporte acuático, como submarinismo o snorkel. Además, Llafranc se encuentra muy cerca de otros pueblos encantadores de costa, como Bagur, Tamariu o Palafrugell, por los que podrás pasar a bordo de tu embarcación. Y para los que desean despreocuparse y descansar todo el trayecto, cabe la posibilidad de alquilar barcos en Llanfranc con patrón, a un precio barato.
Desde Llafranc a Palamós en barco de alquiler
Muchos turistas y locales se decantan por alquilar un barco en Llafranc. Tiene para elegir desde precios baratos hasta barcos lujosos. Se puede alquilar por mucho tiempo y también por una hora. Y cualquier opción merece la pena porque la belleza de sus paisajes y la tranquilidad de sus aguas permite que incluso los principiantes se animen a pedir una embarcación sin patrón.
- Una buena excursión por el mar desde Llafranc es el recorrido hasta Palamós, a unas 5 millas. Puede partir del mismo puerto y poner proa al Sur para descubrir una costa variada, llena de parajes encantadores. Al zarpar en Llafranc hacia el Sur, en el primer tramo encontrará las recogidas calas de Calella y la de Aiguadolça. Después de superar Cap Roig -el Cabo Rojo- con el barco alquilado, llegará a la cala Massoni, otro enclave amable. Y si continúa recorriendo la costa, descubrirá un buen número de otras pequeñas calas.
- Destaca la Cala del Castell, una de las pocas zonas libres de edificaciones. La playa de arena dorada se encuentra rodeada de pinos, cañas y, más allá, unos campos de cultivo. Sin asfalto ni construcciones ni coches, sólo la naturaleza: es un lugar de una gran paz. Junto a esta cala se encuentra La Foradada, de menor dimensión, con unas aguas transparentes ideales para hacer submarinismo desde un barco.
- La Fosca es la última gran cala antes de llegar a Palamós, población con mucha historia pesquera y marítima. El primer puerto con que nos encontramos desde que partimos de Llafranc es la Marina de Palamós, su puerto deportivo. Y enseguida encontramos el amplio puerto antiguo, que acoge a pescadores, barcos mercantes y ahora también cruceros. o amarrarlo en la Marina, para pasear por el barrio antiguo.
- La gran bahía de Palamós abarca también el municipio de Sant Antoni de Calonge, con una serie de playas contiguas rodeadas por un agradable paseo marítimo. En síntesis, desde Llafranc hacia el Sur puede elegir las numerosas calas recogidas o la amplia bahía de Palamós. Lugares deshabitados y silenciosos o calas urbanizadas y populares. Playas doradas y fondos marinos rocosos y sorprendentes.
Cae la tarde y hay que regresar al Puerto de Llafranc con el barco alquilado. De regreso, desde el mar no hay nada como contemplar la costa y el faro de Sant Sebastià bajo la tenue luz de una puesta de sol.